miércoles, 29 de diciembre de 2010

V. Barrio de la Morería.

Catedral de la Almudena desde
los jardines de las Vistillas.
Fotografía propia
Durante el reinado de Alfonso VI se construyó una segunda muralla en Madrid que englobaba la zona en la que la población quedaba excluida de protección por encontrarse a extramuros de la muralla. El barrio de la Morería se quedaba dentro de la nueva muralla.
La Edad Media fue un periodo de constante conflicto entre musulmanes y cristianos, y cuando la Corte se encontraba en Toledo, se avisaba desde Madrid a Toledo del avance de los musulmanes a través de señales de humo. Cuando el rey Alfonso VI procedió a la reconquista de Toledo dijo a los musulmanes que podían elegir quedarse o marcharse (claro que si se quedaban era en muy malas condiciones, teniendo en cuenta, por ejemplo, que desde los Jardines de las Vistillas, en zona elevada de un cerro, había que bajar la colina a pie porque en aquel entonces no existía el viaducto). Por lo tanto en Madrid se quedaron los musulmanes de clases más desfavorecidas que no tenían nada que perder si continuaban viviendo en la zona.


Vistas de Madrid desde el viaducto.
Fotografía propia


De la zona de la Morería se conservan nombres y el trazado laberíntico de la Edad Media. Una plaza característica de este barrio es la Plaza del Alamillo, nombre que posee una doble versión de su origen: por un lado, se decía que por un pequeño Álamo que se encontraba en el interior de la plaza; y por otro, por el alamín (o Tribunal de Justicia). En esta plaza se realizaban encierros de toros.


Al fondo de la fotografía se puede apreciar
ligeramente la Iglesia de San Andrés
(en la Plaza de la Paja).
Fotografía propia
En la Edad Media tiene origen también el mercado de el Rastro, donde mataban a los corderos y dejaban rastros de sangre (de aquí el origen del nombre). Hoy en día es un importante lugar de visita turística y mercadillo con 1700 puestos regulados por el Ayuntamiento de Madrid. El Rastro se monta los domingos por la mañana y la gente que lo visita suele acabar de aperitivos en el barrio de la Morería y en la Plaza de la Paja (barrio de la Latina, cuyo nombre procede de la separación del grano y la paja que se realizaba con los cereales en la zona) donde se encuentra uno de los campanarios más antiguos de Madrid, la Iglesia de San Andrés, que fue construida para mantener los restos de San Isidro, que cuenta la leyenda que su cuerpo está incorrupto, por lo que le crecen las uñas y el pelo, que tienen que cortar cada vez que lo miran. Este hecho ha propiciado que el cuerpo del santo haya sido trasladado de unos lugares a otros. Posteriormente, en el siglo XV, se utilizó como Capilla Real de los Reyes Católicos. 

Otra Iglesia que se encuentra en la Plaza de la Paja es la de San Pedro el Viejo, cuyo campanario está un poco inclinado.



Campanario de la Iglesia San Pedro el Viejo.
Fotografía propia
  (De hecho, un dato curioso es que si te encuentras mirando al campanario en el ventanal del restaurante ENE y te das la vuelta para observar el reflejo del campanario, te darás cuenta de que la inclinación es mucho mayor).

Quizá en la fotografía no se aprecie bien la inclinación, por lo que aconsejo pasarse por allí!!

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