domingo, 19 de diciembre de 2010

I. Plaza Mayor y Arco de Cuchilleros.


Madrid era un pequeño pueblo de campesinos hasta que en el año 1571 el rey Felipe II trasladó la Corte de Toledo a Madrid y con él, muchas familias de nobles efectuaron su traslado. Junto a ellos, “pordioseros”, “timadores”, prostitutas, ladrones… y otros grupos sociales desfavorecidos vinieron a este, por aquel entonces, pueblo que emanaba aires de oportunidad mayores que  aquellos lugares de donde provenían. De hecho, en este momento, Madrid pasó de ser un pequeño pueblo a ser la capital.
El rey, ordenó construir la casa de la panadería, que es la famosa fachada decorada con imágenes de personajes mitológicos de la Plaza Mayor (decorada en la década de los 90 del siglo XX). Frente a este edificio, se encontraba la casa de la carnicería. Hoy en día la casa de la panadería se utiliza como edificio para efectuar bodas civiles y donde se encuentra el Patronato de Turismo de Madrid. El resto de edificaciones constituían viviendas en el siglo XVII y continúan siendo viviendas de particulares (aunque muy caras, ya que adquirir un alquiler en la Plaza Mayor ronda los 1200 euros al mes y la compra de una vivienda puede alcanzar fácilmente los 600000 euros). Algunas de estas viviendas son propiedad de personas que residen con contratos que efectuaron sus abuelos, bisabuelos…

Fachada de la casa de la Panadería, decorada en los años 90 con pinturas que
representan figuras mitológicas. (Plaza Mayor)
Fotografía propia


Casa de la Carnicería (Plaza Mayor).
Fotografía propia
 
En el siglo XVIII la Plaza Mayor sufrió un incendio que la destruyó casi por completo, aunque no fue el primero que sucedía en este lugar. El arquitecto Juan de Villanueva fue el encargado de remodelar la Plaza, y lo hizo al estilo barroco. Muchos de los acontecimientos que aquí sucedieron, como el incendio, se encuentran grabados en los bancos que allí se ubican. Y también se puede observar en el centro de esta fantástica plaza la estatua ecuestre de Felipe III, construida en el siglo XVII por los escultores Juan de Bolonia y Pedro Tacca, aunque no se colocó en la Plaza Mayor hasta el siglo XIX a petición de la reina Isabel II. Después de situar la estatua en la plaza, sufrió dos ataques, uno en la Primera República y unos días antes de la proclamación de la Segunda República, siendo finalmente restaurada hasta conservarse en nuestros días.


La casa de la panadería logró salvarse del terrible incendio, y tras la remodelación de la plaza, se construyeron pisos de menor altura (ya que en los inicios, las casas de la Plaza Mayor alcanzaban las ocho plantas de altura). El acceso a la plaza es posible a través de nueve arcos que la rodean. Uno de los más conocidos es el Arco de Cuchilleros, llamado así porque allí es donde se situaba el gremio de cuchilleros que suministraba instrumentos a la casa de la carnicería. La gran altura que caracteriza a este arco de entrada se debe al desnivel existente entre la Cava de San Miguel y la plaza.  


Arco de Cuchilleros. En la fotografía se puede apreciar
el desnivel existente desde la Calle Cuchilleros (en la parte
inferior de las escaleras) y la Plaza Mayor (que se encuentra
en la parte superior).
Fogografía propia.


Además, Cuchilleros es la zona que alberga tres locales a los que se ha otorgado el reconocimiento de comercio tradicional, es decir, aquel comercio que tiene más de cien años de antigüedad. Es el caso de las Bodegas Ricla, una taberna dedicada actualmente al tapeo que nació en el año 1857.
También la famosa barbería el Kinze de Cuchilleros, situada en el número 15 de la misma calle, (motivo por el cual se llama así, debido a la costumbre de llamar a los establecimientos por el número y la calle donde se encontraban situados) que es del año 1900. Pese a pertenecer a la categoría de comercio tradicional, conservando la actividad que le dio origen, el precio de esta barbería no es muy superior al de otras peluquerías de la zona y conserva la estética tradicional de la época en la que se abrió.
Por último, uno de los lugares más visitados por los turistas que pasan por Madrid, es el restaurante El Sobrino de Botín, del año 1721, situado en el número 17 de Cuchilleros, considerado por el libro Guiness de los records como el restaurante más antiguo del mundo (certificación gracias a que el restaurante no ha cambiado su nombre ni ha cambiado de actividad desde el año en el que se abrió).


 Placa del año 1971 en la fachada superior del restaurante el Sobrino de Botín.
Dice así: "Galdós recordó este restaurante en Fortunata y Jacinta"
Fogografía propia

Entrada del restaurante el Sobrino de Botín. C/ Cuchilleros (Madrid).
Fotografía propia


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