Fachada del Convento del Corpus Christi. Fotografía propia |
En el convento fundado por la condesa Beatriz de Mendoza, el Convento del Corpus Christi, conocido como "las carboneras" tenían dos curiosas costumbres: en primer lugar, eran 33 hermanas las que allí habitaban, porque con este número recordaban a Cristo, que murió a la edad de 33 años; y la segunda costumbre era que cuando moría una hermana, durante la comida reemplazaban su sitio con una servilleta negra y una calavera y le ponían el plato de la comida, como si allí se encontrase, de tal forma que cuando finalizaban el almuerzo, el plato de comida sobrante lo donaban a los pobres.
El nombre de las carboneras se debe al lienzo que un niño paseaba por la Plaza del Conde Miranda que había sacado de la carbonería de su padre. Para sorpresa, uno de los franciscanos del Convento de San Gil descubrió la cara de la Virgen en aquel lienzo. Desde entonces a las monjas del convento del Corpus Christi se les llama “las carboneras”.
El nombre de las carboneras se debe al lienzo que un niño paseaba por la Plaza del Conde Miranda que había sacado de la carbonería de su padre. Para sorpresa, uno de los franciscanos del Convento de San Gil descubrió la cara de la Virgen en aquel lienzo. Desde entonces a las monjas del convento del Corpus Christi se les llama “las carboneras”.
Callejón junto al Convento. En la plaza del Conde Miranda. Fotografía propia |
El Convento del Corpus Christi alberga en su interior un Belén barroco de origen ecuatoriano, que fue modelado en el siglo XVI. Como comenta en su blog artedemadrid Mercedes Gómez, no hay ningún impedimento para visitar la Iglesia y el zaguán junto al Convento. Pero como yo no lo visité, invito a echar un vistazo al blog de Mercedes, especialmente a la entrada dedicada al Convento de las Carboneras, porque tiene unas bonitas fotografías del interior del zaguán y transmite su experiencia de la visita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario