lunes, 20 de diciembre de 2010

II. Cava de San Miguel y Mercado de San Miguel

Fotografía propia
En la Cava de San Miguel se encuentran las puertas de los edificios de la Plaza Mayor. La palabra cava hace referencia a la muralla de origen musulmán que se construyó en Madrid en el siglo IX. Y la palabra, como tal,  de origen árabe, hace referencia a foso, agujero…
En Madrid hubo dos murallas, una de origen musulmán construida, como ya he indicado, en el siglo IX, bajo el emir Mohamed I, para defender la ciudad de Mayrit (primer nombre que se le puso a la ciudad), reforzada posteriormente en el siglo X por el califa de Córdoba Abd al Rahmman III.  La segunda muralla, construida en el siglo XII, es de origen cristiano, construida sobre la base de la muralla árabe tras la conquista cristiana de Mayrit.
En la Cava de San Miguel se construyó un aljibe con agua cuya función era proveer de agua a los ciudadanos en caso de incendio, para que no volviese a suceder los mismos accidentes ocurridos con anterioridad, pero la gente, a pesar de que no estaba permitido, se abastecía del agua del aljibe para uso personal, de tal modo que cuando había un incendio ya no quedaba agua. Los madrileños de la época se abastecían de este depósito porque en Madrid no hubo agua corriente hasta la creación del canal de Isabel II, en el siglo XIX.
La cava de San Miguel es una zona de numerosas tabernas y también se situaba en esta zona la Iglesia de San Miguel, que es la que da nombre al mercado que aquí se construiría en el siglo XVI, cuando el hermano de Napoleón, José Bonaparte, llevó a cabo una política de reestructuración de espacios por la que destruyó la Iglesia y se transformó en un mercado al aire libre. Ya en el siglo XIX se cambió la estructura del mercado, convirtiéndose en una construcción cerrada, de hierro que conserva su estructura en la actualidad. La diferencia es que hoy en día, el Mercado de San Miguel está dedicado al ocio, con tiendas en su interior que ofrecen productos delicatesen, de muy buena calidad pero a precios bastante elevados. También es posible sentarse en la barra de alguno de los puestos a degustar allí los productos mientras se pasa un buen rato.



 Aquí incluyo algunos ejemplos de los llamativos mostradores que se pueden
 encontrar en el Mercado de San Miguel:


Dulces.
Fotografía propia

Quesos.
Fotografía propia
Frutos secos.
Fotografía propia
Tartas.
Fotografía propia
¡Más dulces!... En este caso tartas.
De todos los sabores, tamaños, colores... No tuve ocasión de probar ninguna, pero solo espero que estén tan buenas como la pinta que tenían...

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